La batalla de Arica que enfrentó a nuestro ejército con los invasores chilenos el 7 de Junio de 1880, es un ejemplo inolvidable de heroísmo y honor que honra a nuestro pueblo y a nuestros soldados, pero que enaltece, fundamentalmente, la figura del heroico coronel Francisco Bolognesi, jefe de la plaza, y a sus más cercanos colaboradores que decidieron entregar su vida en defensa de nuestra integridad territorial.

La ciudad peruana de Arica había quedado aislada y el coronel Bolognesi en gran inferioridad numérica se prestó a defenderla. Asediado por tierra y por mar, Bolognesi escuchó el pedido de rendición que le hacían los chilenos a quienes toda resistencia les parecía inútil; pero la respuesta de Bolognesi al emisario chileno fue la inmortal: “Tengo deberes sagrados, y los cumpliré hasta quemar el último cartucho”, respuesta que fue ratificada por sus jefes y oficiales.
La batalla se realizó inexorablemente el 07 de Junio de 1880 en el morro de Arica y Bolognesi, junto a la mayoría de sus jefes, incluyendo al heroico coronel Alfonso Ugarte, murieron defendiendo el honor nacional.
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